Felipe Miranda a sus 33 años es un deportista de alto nivel cuyos logros no tienen parangón en Chile. En su carrera como esquiador acuático se ha coronado campeón en 7 torneos mundiales en diferentes categorías. También es el deportista chileno que ha obtenido más medallas en los Juegos Panamericanos: 7 preseas (una de oro, dos de plata y cuatro de bronce).
A pesar de semejante cantidad de logros, nos encontramos con alguien sencillo que destaca que el gran pilar de su carrera ha sido su familia. “Con ellos hemos sido equipo desde el año 93, cuando comencé a entrenar y era muy pequeño”.
Felipe, casado, 3 hijos, hoy es apoderado del colegio con su hijo mayor. Pero su historia en el Saint George se remonta a mucho tiempo atrás. “Fui alumno del colegio hasta 4 básico. Y si bien ha pasado mucho tiempo, los recuerdos siguen intactos. Ahora cuando llevo a mi hijo y veo las salas estoy feliz de estar acá nuevamente. También me encanta cómo el deporte es significativo y hay instancias como la Copa Fundamor que reflejan los valores del colegio”.
¿Cuáles dirías que son tus mayores logros?
– “Sin duda que el 2013 fue un gran año porque fui elegido mejor deportista y premio nacional del deporte y también fui campeón mundial en categoría adulto. ¡Fue mi sueño hecho realidad, por el que luché por muchos años! Y si bien estuve cerca de retirarme por lesiones, tuve a la familia y a mi señora empujando”.
Posteriormente, Felipe se coronaría nuevamente campeón mundial adulto el año 2017, llevando su récord a 7 triunfos a nivel global. En años previos había ganado los mundiales Sub 17, Sub 21, Universitario y dos campeonatos mundiales Open.
¿Y cómo es la preparación para un campeonato Panamericano?
– “Me preparo durante 4 años. De hecho, ahora estoy pensando en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. La preparación es súper dura porque cada día cuenta y va sumando”.
Felipe nos cuenta que la preparación para los Panamericanos 2019 fue muy similar a la que realizó para los de 2015, pero con una importante diferencia: “Para el campeonato anterior teníamos un hijo y ahora son 3. Si bien es un poco más sacrificado, es muy bonito porque la preparación es en familia y puedo compartir con ellos el deporte que amo”.
¿Cómo surgió la pasión por este deporte, considerando que partiste cuando eras muy pequeño, a los 6 años?
– “Partí entrenando el 93. Iba 4 veces a la semana a la laguna de Aculeo. Era bastante sacrificado por la distancia, pero era rico porque lo hacíamos en familia con mi papá y mis hermanos. De ahí nació la idea de mi padre de hacer este deporte a nivel profesional, lo que no se podía en Aculeo. Así, buscó entrenador y lugar óptimo en San Bernardo e iniciamos carrera deportiva familiar. Hasta hoy seguimos en esto”.
Como un deportista de nivel mundial ¿qué te ha enseñado el deporte que te gustaría contarle a las familias y en especial a alumnos y alumnas que hacen deporte?
– “El deporte me ha dejado mucho. Es una enseñanza de vida, porque te muestra valores y te enseña también a partir de cosas que no logras. Tiene altos y bajos y es clave saber superarse y ser solidario con los otros miembros de tu equipo. Em mi caso el deporte se dio en familia, trabajando unidos y en equipo”.
“A veces estuve a punto de retirarme por lesiones que no me dejaban entrenar. Estuve dos años parado y mi familia fue la que estuvo ahí. Tuve la suerte de tener este pilar fundamental para agarrarme y salir adelante y logré ser campeón mundial”.
Aparte del entrenamiento y la familia, ¿en qué proyectos estás trabajando ahora?
– “Tengo una escuela con mi hermano Rodrigo: nuestro objetivo es tener más niños y entregar nuestra experiencia y que puedan vivir el deporte. Nos interesa ayudarlos a que hagan ejercicio y que escojan correctamente el deporte que quieren hacer. Ello porque soy un convencido de que cuando uno elige debe creer en lo que está haciendo”.